Si eres padre, sabes que cuidar la salud de tus hijos es una prioridad. Y eso incluye su salud visual.

La miopía, ese término del que todo el mundo habla, es un problema ocular común en niños. Todos tenemos claro que su control es esencial para prevenir problemas graves de salud visual a largo plazo. Por eso hoy queremos profundizar en el proceso de control de la miopía en niños y por qué es más que una simple visita.

¿Qué es la miopía y por qué es importante su control?

Imagina que ves perfectamente de cerca, pero los objetos lejanos parecen borrosos. Eso es la miopía.

Lo que pasa es que habitualmente la miopía en niños no es algo estático, aumenta a medida van creciendo y ahí está el gran inconveniente:

La miopía alta puede llevar a problemas oculares graves en la vida adulta, como cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina y maculopatías.

Por lo tanto, controlar la miopía en una etapa temprana es esencial para preservar la salud visual a lo largo de su vida. Y te preguntarás… ¿Cómo lo hacemos?

Nuestro Plan de Acción:

  1. Primera parada: Revisión Optométrica: Mediante un examen visual completo determinamos la calidad de visión del pequeño. Como ya sabéis por experiencia propia, el examen visual es totalmente indoloro e incluso puede ser divertido. Siempre tenemos alguna sorpresa para nuestros clientes favoritos 😉
  2. Diagnóstico de Miopía: Aquí es importante remarcar que se puede predecir la aparición de la miopía mediante unos indicadores. Es decir, que no tenga miopía ahora no significa que no pueda desarrollarla en breve. Esto depende de la edad del pequeño y de sus antecedentes.
  3. Charla de Amigos: Aquí viene la charla informativa. Te explicaremos de forma sencilla todos los tratamientos disponibles, sin usar palabras complicadas. Es importante entender que cada caso es diferente y que no todos los tratamientos sirven para todos.
  4. Comenzamos el Viaje: Una vez hemos elegido un plan, ¡empezamos!  Cada tipo de tratamiento tiene su ruta específica y la llegada a meta depende de la evolución de la miopía. Recuerda que los tratamientos no frenan literalmente la miopía, lo que hacen es ralentizar su progresión para evitar las miopías altas.
  5. Revisiones Periódicas: Una vez tenemos el tratamiento en marcha, cada 6 meses volvemos a ver cómo van las cosas y ajustamos si es necesario.
  6. El Viaje Continúa: Una vez que la miopía se estabiliza, pasamos a revisiones anuales.

Controlar la miopía en niños es más que una simple visita.

Es un viaje que requiere tu atención y el apoyo de tu optometrista. Pero al cuidar la salud visual de tus hijos, estás asegurando que tengan más probabilidades de éxito en el futuro. Así que, ¡a cuidar esos ojitos como el tesoro que son!